El químico Moshe Kol de la Universidad de Tel Aviv en Israel está desarrollando una variedad hiperrobusta de polipropileno, uno de los plásticos más usados en el mundo. Esta nueva variedad de polipropileno tendrá el potencial de reemplazar al acero y a otros materiales usados en productos comunes. Esto podría tener repercusiones a largo plazo para muchas industrias, incluyendo a la del automóvil, en la cual sería factible reemplazar diversas piezas metálicas de automóviles por piezas de plástico.
En comparación con los metales hoy usados para dichas piezas, un plástico duradero y robusto como este polipropileno consume menos energía durante el proceso de producción. Además, por supuesto, reemplazar a las piezas tradicionales de acero con las de polipropileno haría a los automóviles más ligeros, y debido a ello consumirían menos combustible. Otra aplicación que Kol considera muy prometedora es usar el nuevo plástico para fabricar tuberías destinadas al suministro de agua potable.
Para las redes de suministro doméstico de agua tradicionalmente se han usado tuberías de cemento y cañerías metálicas, unas y otras susceptibles de sufrir fugas, con el consiguiente desperdicio de agua. Sin embargo, reemplazar una tubería que pierde agua no es tarea fácil debido en buena parte a que las tuberías tradicionales son muy pesadas.
Las tuberías de plástico requieren muchas menos materias primas, y pesan sólo una pequeña fracción de lo que pesan tuberías iguales pero hechas de acero o de cemento.
La sustitución de tuberías para agua hechas de acero por las hechas de plástico es algo cada vez más común, y la producción de plásticos con una robustez y durabilidad aún mayores hará más fácil esta transición.
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