quarta-feira, 11 de julho de 2012

Las centrales nucleares y las alimentadas por carbón son vulnerables al cambio climático


En los últimos años, aguas más calientes y caudales menores en ríos de Estados Unidos y Europa han reducido, o incluso detenido temporalmente, la generación de electricidad en varias centrales termoeléctricas. Por ejemplo, una central nuclear en Alabama tuvo que parar más de una vez durante el verano de 2011 porque el agua del río Tennessee estaba demasiado caliente como para poder usarla para el enfriamiento.

Un estudio realizado por científicos de Europa y Estados Unidos indica que en los próximos 50 años, las aguas más calientes que las actuales y los caudales inferiores a los de hoy producirán más interrupciones de este tipo en la generación de electricidad.

El equipo de Dennis Lettenmaier y John Yearsley de la Universidad de Washington en Seattle, Estados Unidos, Pavel Kabat del Instituto Internacional para el Análisis de Sistemas Aplicados en Austria, y Michelle van Vliet de la Universidad de Wageningen en los Países Bajos, prevé que la capacidad de generación de energía termoeléctrica desde 2031 hasta 2060 se reducirá entre un 4 y un 16 por ciento en Estados Unidos y entre un 6 y un 19 por ciento en Europa, debido a la menor disponibilidad de agua para refrigeración. Se calcula que las probabilidades de caídas extremas en la generación de electricidad (paradas totales o casi totales) aumentarán hasta cerca del triple.

Las centrales termoeléctricas, las cuales usan combustible nuclear o fósil para calentar agua y así obtener vapor que haga girar una turbina, generan más del 90 por ciento de la electricidad en Estados Unidos y son responsables del 40 por ciento del uso de agua dulce en ese país. En Europa, estas plantas suministran las tres cuartas partes de la electricidad y son responsables de cerca de la mitad del uso de agua dulce.




Planta nuclear de Browns Ferry. (Foto: Tennessee Valley Authority)

Aunque gran parte de esta agua se "recicla", las centrales eléctricas dependen de volúmenes constantes de agua, a una temperatura particular, para evitar que las turbinas de sobrecalienten.

La menor disponibilidad de agua y su mayor temperatura, causadas por las mayores temperaturas del aire asociadas al cambio climático, conducen a un aumento en los costos de generación de electricidad y a una menor fiabilidad de la disponibilidad de las centrales termoeléctricas.

Aunque las centrales con torres de enfriamiento también se verán afectadas, los resultados muestran que aún lo estarán más las centrales de diseño más antiguo, que se limitan a bombear agua directamente de ríos o lagos para enfriar las turbinas antes de hacer regresar esta agua a su origen, y requieren para ello un caudal enorme de agua.

De esta clase de centrales de diseño antiguo hay bastantes. En Estados Unidos, dos casos claros son por ejemplo el de la ya citada central nuclear de Alabama y el de una central térmica de carbón emplazada en el condado de Nueva Madrid, en el sudeste de Misuri.

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